25 junio, 2006

Estatut o no Estatut?

Apreciados señores políticos (y todo aquel que lo quiera escuchar):

Llevo una semana esperando una reflexión inteligente de lo que pasó en Catalunya (con ñ si así lo prefieren) el día 18 de junio. ¿Acaso nadie lo vio? ¿Ningún miembro de la clase política o de la prensa ha podido ver qué ha pasado? ¿Tan ciegos estamos? o ¿queremos estar así de ciegos? En fin, creo que ha llegado el momento que alguien exprese que más importantes que la victoria del "sí" o la "derrota" del no, fue que nadie ganó, o mejor dicho: Ganó Nadie.

Repasemos las tan traídas y llevadas cifras: hay quien quiere ver el avasallador triunfo del sí (74%) hay quien ve una voz crítica a la propuesta en el no (21%). Pero no perdamos la perspectiva, algo más de un 5% votó en blanco y, sobre todo, un 49% no votó. Repito: casi el 50% de la población, decidió no votar. Es decir, el estatut se aprobó con el consentimiento firme y explícito del 37 % de la población de Catalunya mayor de 18 años, mientras el "no" fue respaldado por un 10% de la población. Un 2,5% decidió no dar su opinión y votar en blanco!
¿No les parece alarmante? ¿Es este el modelo de democracia representativa que nos gobierna? El marco legal en el que Catalunya se va a relacionar con España durante un tiempo ha sido aprobado con el beneplácito de un escaso 37% de la población. A mi me parece, por lo menos, inquietante.

Tal vez la pregunta que deberían realizarse, señores políticos, es ¿qué significa este 50%? ¿Por qué 1 de cada 2 habitantes de Catalunya decidió no expresar su opinión? Desde luego, no conozco la respuesta (sinceramente, creo que es su deber encontrarla), pero puedo apuntarles algunas ideas. Es posible que su forma de hacer política y gestionar los asuntos publicos creen en la ciudadanía un profundo desinterés. Tal vez, del trabajo que realizan, sólo trasciende la crispación, los insultos (y miro a ambos lados del espectro político), la corrupción económica y moral. Otra opción sería una profunda desconfianza en el sistema democrático representativo, es decir, ¿Cómo puede alguien defender mis intereses, si jamás me han preguntado cuáles son? Refrendar un programa con mi voto cada cuatro años no es suficiente, deberían crear ustedes los canales para escuchar a la ciudadanía, de la que parecen alejarse inexorablemente para acercarse cada día más a los intereses macroeconomicos que, déjenme recordarles, beneficia a unos pocos, pero suele perjudicar a la mayoría.

Por todo ello, quisiera pedirles, por favor, y en beneficio de todos que abran los ojos y vean lo que pasa en la calle. Abran sus oídos para escuchar las propuestas que llegan desde abajo, pueden (y deben) abrir canales de comunicación con la ciudadanía. Gracias a Internet, nunca antes había sido tan facil. Tengan valor para hacerlo y no mirar hacia otro lado. Y por último, me gustaría pedirles que aprendieran a guardar silencio, a respetar el orden de palabra y las ideas ajenas y no insultarse hasta el infinito. A menudo las ideas que deberían llenar sus discursos son acalladas por sus propios insultos.

Reciban un cordial saludo

Fdo. Un ciudadano al que le queda poca esperanza, pero votó.